viernes, 20 de marzo de 2009



LA PLATA, 2009, OTOÑO.
21 de marzo:
“Día Mundial de la Poesía”

Los hombres roban, mienten,
Como animal de presa olfatean, devoran
Y disputan a otro la carroña.
Y cuando bailan, cuando se deslizan
O cuando burlan una ley o cuando
Se envilecen, sonríen,
Entornan levemente los párpados, contemplan
El vacío que se abre en sus entrañas
Y se entregan a un éxtasis vegetal, inhumano.
Rosario Castellanos - México (1925), Israel (1974).

de eso que el hombre llama crimen,
de eso he sido
un elegido más, ni pan ni hueso
tengo el roer, y el carcelero, ido
en su pensar, su vuelo, pasa tieso,
talón, talón, borceguí negro, hundido
en lo betún, la sombra, fuerte, ileso.
Juan Carlos Bustriazo Ortiz -La Pampa, Argentina (1929).

(…)Todo descenso hasta el conocimiento es logrado
por la desobediencia a los dioses,
y mientras lo veías irse — un pequeño héroe,
con los bolsillos llenos de baratijas que te pertenecían,
pensaste en Rilke, quien decía que su dios
era un dios oscuro ― un entretejido, decía,
hecho de miles de raíces que beben en silencio,
una metáfora, sí, pero cada metáfora revela
el fantasma del mundo literal y qué actos
sacrílegos habrá él cometido
para poder denunciarlo así(…)
Jude Nutter -North Yorkshire, England


Poesía Irlandesa

Manos
Para Eamonn y Kathleen

Fue en algún lugar sobre la costa noreste de Brasil,
sobre Fortaleza, una ciudad de la que nada sé,
salvo que está llena de gente
cuyas vidas son un misterio
mayor que el río Amazonas;
fue ahí, mientras el avión de juguete del monitor de vuelo
se desplazaba al ecuador
y viraba al este hacia Marruecos,
cuando empecé de nuevo a pensar en las manos,
en lo extraño que es que nuestras vidas
–la vida de la francesita pelirroja a mi izquierda,
la vida del niño argentino a mi derecha,
mi vida y las vidas de todos los pasajeros dormidos
que están siendo rápidamente transportados en la oscuridad
sobre el oscurecido Atlántico–,
todas esas vidas ahora estuvieran siendo sujetadas
por las manos del piloto,
y pienso en otras manos que pueden sostener nuestras vidas,
las manos del cirujano
a quien tendré que volver a ver cuando llegue a casa,
las manos de la inteligente enfermera de cabello negro
que desenrolló de mi cuello el cordón umbilical,
las suaves manos de mi madre,
las manos de esos otros
que me quisieron
hasta que parece casi
como si esto fuera lo que es la vida humana:
ser pasado de mano en mano,
para ser, improbablemente, llevado sobre un océano.
Moya Cannon - Dunfanaghy, Condado de Donegal, 1956.
(Traducción de Jorge Fondebrider)


Mensaje para el editor

Señor
Que Dios perdone a la gente de este pueblo
porque yo no puedo.
Cuando me caí muerto en la calle
hace tres semanas
pensé que me enterrarían con pompa.
Un ceremonia oficial era lo menos
con los Jefes de Gobierno y la Nobleza en el séquito.
Incluso esperaba ansioso la oración fúnebre en irlandés
con algunas palabras sobre mis logros pasados:
Nuestro mayor poeta, un sitio en el cielo para el hombre
y cuánto más hubiera merecido.
¿Pero lo tuve acaso?
Mi cuerpo estuvo tirado en Baggot Street
una quincena
antes de que alguien lo notara.
Y cuando finalmente fue llevado
a la morgue
fui profanado por un estudiante de medicina
incapaz de abrir un paquete de papas fritas
mucho menos el cuerpo de vuestro mayor poeta.

Después, para añadir indignidad
fui metido en un nicho refrigerado
y algún tarado pegó una etiqueta en mi pie
que decía: bardo desconocido - probablemente extranjero.
Si no hubiera sido
por un borracho de Cork
que pensó que yo era su hermano muerto
todavía estaría allí sin reclamar.
Al menos
el hombre tuvo la decencia de enterrarme.
¿Pero dónde estoy?
En algún cementerio común en un cajón
rodeado de campesinos
y gente sin ningún antecedente.
Cuando pienso en los poemas que escribí
y en las grandes profecías que hice
me dan ganas de ahogarme.
No puedo escribir ahora
porque el ataúd es demasiado estrecho
y no hay luz.
Estoy tratando de mandar esto a través de un medium
pero ya sabe cómo son –
bastardos que golpean la mesa
apestando a ectoplasma.
Si se las arregla para recibir esto
me alegraría que lo publique.
No tiene caso pedirle que
me mande un ejemplar –
ni siquiera conozco mi dirección.
Patrick Galvin -Cork, 1927. (Traducción de Jorge Fondebrider)

Poesía del País Vasco

Pizkundea (*)

Una pila de zapatos rotos

Una metáfora de la vida bien podría ser el viaje.
La muerte es una pila de zapatos rotos, bajo
Una luna que se alumbra a si misma únicamente.
Las suelas de los zapatos apenas recuerdan
Qué pisaron en sus pasos incontables.
Una pila de zapatos rojos, sin cordones,
Pues se los llevaron los viajeros
Para ahorcarse por ahí.
Joseba Sarrionandia – Durango, 1958.

Zapata hautsi pila bat

Bizitzaren metafora bidaia izan liteke
Heriotza zapata hautsi pila bat da, bere burua
Besterik argitzen hez duen hilargiaren azpian.
Zapata zolek dagoeneko ez dute oroitzen
Beren hamaika pausuetan zer zapaldu duten.
Zapata hautsi pila bat, Kordoirik gabe,
Zeren eta kordoirak bidaztiek eraman dituzte
Beren buruak nombait urkatzeko.


(*)La literatura culta es relativamente joven en euskara, pues arranca en el siglo XVI. Durante largos años esta lengua careció de escuelas y de prestigio social, y los principales escritores, inevitablemente, fueron curas y frailes. A mediados del siglo XIX la poesía comenzó a renovarse notablemente, dando lugar en el siglo XX a lo que se ha dado en llamar Pizkundea, una especie de pequeña época dorada de la lírica, truncada por el alzamiento fascista de 1936.

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