lunes, 12 de noviembre de 2007


LA PLATA, ARGENTINA- Revistual Nº 3 – ABRIL/MAYO 2007

AGUITA QUE HAS DE BEBER..."
Entender el poema como pequeñas cajas de resonancia,
donde las palabras otorgan el agua del decir y traicionan

con la oscuridad de lo dicho"
Alicia Genovese

Por las noches, pensativo, creo
que las palabras son alimento
peregrino del amor y su secreto.
josé antonio abdelnur (en “Amor sin final”, 1981)

Poder vivir sólo al abrigo
del poema…
marta miranda (en “El oleaje”, 1997)

Oscuros son los caminos del Amor, oscuros
y circulares.
norberto silvetti paz (en “Ensayos elegíacos”, 1968)

si
dame tu danza tu palabra más cruel

un fluir cansado de animal cansado
recostándose en la hierba
de los que tienen la sed insepulta
silvia montenegro (en “El diablo pide más”, 2003)

Amar, amar infinitamente
hasta que la razón del otoño integre los objetos comunes
horacio preler (en “Zona de entendimiento”, 1999)

Nadie habita la planicie dorada
ni el agua trafica su esplendor dice la loca
mientras desfila entre los muertos
ana rizo (en “Cantos de la loca”, 2001)

Y pedir a la gente un manojo de palabras
sin otra sed que intentar dilucidar la noche
josé maría pallaoro (en “Pájaros cubiertos de ceniza”, 1999)


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MI ESTACION PREFERIDA

Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Juan Gelman, “El juego en que andamos”


Alrededor de la gente, el otoño se teje con poesía. Quiero decir, alrededor de la poesía, cae el otoño.
O no, mejor aún: una vez más, en la ciudad es el otoño, la fecunda hojarasca.
La Plata tiene esos pequeños momentos magistrales que rozan las alas de los ángeles. El momento exacto en el que Julio César Silvani se incorpora de su silla, con sus ochenta años, a recordar la anecdóta, la época y el sortilegio de su amistad con Humberto Constantini (1924-1987), en un nuevo aniversario de su nacimiento. El instante preciso en el que se desata la furia de “Norma” y todo el público del Teatro Argentino contiene el aliento. La tarde de sol que llega, después de días y días húmedos y grises, a devolvernos la tibieza del sol y la hecatombe de hojas amarillas sobre las calles de la ciudad más arbolada. El encuentro donde Martín Raninqueo, poeta, canta en el Malvinas. El blanco sobre negro de las fotos en las que Helen Zout retrata y rescata la Vida, entre tantas “Desapariciones”. Las palabras con las que Luis Maggiori, escritor, amigo, define lo mejor de nosotros como “Lo Sagrado”.
“Lo Sagrado” –dice- que contiene a nuestros sueños, al “amor navegante”, a los hijos de la creación y a los hijos de carne y hueso. “Lo Sagrado” que también sostiene, –en mi caso-, la memoria del que se fue, la tertulia de los pájaros en el cielo del olvido, la presencia eterna de un hombre que señaló esos versos de Gelman porque amaba el otoño y todo lo que el otoño significa. Un hombre desconocido del mundo entero, pero “el más-cercano-al-centro” en el íntimo mapa de mi propio destino. (Y “Lo Sagrado” es, justamente, lo que lo trae hasta mi, en este mayo tibio, a un año exacto de su silencio).
Y es bueno recordar a nuestros muertos. Porque de eso también se trata nuestra vida.
Cuando Julio César Silvani se pone de pie, pequeño y frágil, en la modesta pero tan cálida sala del Centro Cultural “La Palanca”, (que con pasión llevan adelante Ricardo Gil Soria y los amigos de Gonnet), la gente lo mira con ternura. Yo lo miro con ternura. Porque a medida que ese hombrecito habla, comienza a crecer y a encender estrellas en el aire. Rememora sus años con “Cacho” (Constantini) junto a Juan Gelman, en “El pan duro”, una movida literaria porteña, allá por los `70. El sueño latinoamericano de hombres libres, utopías, versos que flamean en el pecho como banderas. Se le escapa la dimensión del tiempo en el brillo de los ojos. Se le cae la amistad de la boca, como un suspiro o una sonrisa.
Humilde, sereno, intenso, desgrana reminiscencias como si fueran de ayer, de “anoche a más tardar” diría una Maga cortazariana. Y tan simple como la vida y la muerte, se vuelve lo que define a la poesía: “Era tener el cigarrillo, el mate, y la bronca…la impotencia y la necesidad imperiosa de decir algo”… Con palabras más o menos parecidas a éstas, Silvani acota el abanico de posibilidades en que se despliega el famoso asunto de la inspiración.
De pronto, la escritura es nada más y nada menos que algo parecido al latido del corazón, algo tan simple como eso, que se agita al compás de los versos legendarios que recita Guillermo Benavídez, o en los músculos de Gil Soria que se tensan en su dramatización de “Un señor alto, rubio, de bigotes”. El latido del corazón es, también, esa música del mundo que se multiplica en las canciones de “Vos, América”.
Néstor Mux, (que si no está a la altura de un Constantini o de un Speroni, es solamente porque, gracias al Dios que sea, vive y lo tenemos con nosotros) también celebra la existencia del poeta “porteño y de Estudiantes” que, con auténtica pasión futbolera escribió aquéllo de “Uno aguantó silencios, miradas bocayunior, sonrisas riverplei…” y supo retener la belleza de las cosas en su poesía costumbrista.
Mientras Mux lo recuerda yo recuerdo…conocí a Constantini detrás de las tapas amarillas de un libro, hace años, casualmente un abril en que andaban los ángeles alborotados, como codornices frente a un cazador que esgrime en lugar de escopeta, metáforas…
Lo cierto es que, entre las sencillas paredes de La Palanca, o bajo la majestuosa luz del Teatro Argentino, el amor, la vida y la muerte, la libertad y la dignidad de los pueblos, la amistad, son siempre los grandes temas que nos atraviesan.
Como en la ópera de Vicenzo Bellini, también en la novela de Luis Maggiori el pilar insustituible es el amor, como realidad y verdad absoluta, porque si finalmente hiere, “la única salvación se reduce a la renuncia o a la muerte”. Cuando, en medio del estupor general, Norma, declarándose culpable de su amor, se encamina al suplicio mientras Pollione contempla a esa sublime mujer a quien no supo amar ni comprender, y a la que lo une el implacable destino, en ese momento cabal, el sentido profundo de la obra es igual al sentido de la vida.
Es la esencia del sufrimiento de Augusto, en “El amor navegante”, porque “nadie que no esté herido como la agredida ostra puede construir su perla”. Y la perla es “el amor encarnado en todas las cosas”.
Es la poesía que habita el universo: la belleza sangrienta del otoño, la intensidad de la partitura, la sabiduría de las palabras sencillas, la reunión de hombres que homenajean a un poeta, los colores de una pasión popular, el recuerdo del ser amado cuya voz grave hizo silencio.
La Plata tiene perlas. Tiene poesía. Y tiene Memoria, como las fotos de Helen.
“Porque Mnemosine era la madre de las musas…” escribió Raúl González Tuñón, y “ En otoño las calles, en el barrio se tiñen de una especial atmósfera, hay silencios con alas”.-
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Arte Poética
(Esto, entre vos y yo,
no lo divulgues,
bajarían mis acciones de poeta)
Cuando digo el amor
y agrego lunas
y coloco una lágrima en su sitio,
y pongo algún otoño, algunos álamos
y anoto: locamente
inmensamente
desorbitadamente.
Cuando hablo del ensueño y las ojeras,
o introduzco una piel y pinto llamas
o menciono tentáculos gloriosos
o canto a las caderas inmortales
y a no sé qué estallido
digamos de galaxia azules o de besos
y me suscribo Dios
y firmo creo.
Cuando digo el amor
(Esto, entre vos y yo,
no lo divulgues)
en realidad, has de saber.
Estoy viendo unos ojos que me esperan
al volver del trabajo
una tonta alegría
con su perro, su radio,
sus chicos con deberes,
y su olor a cebolla en la cocina
y el conversado mate
y la mesa en el patio
y La Traviata en do bajo la ducha
y el vino
y el descanso,
sobre todo el descanso,
total,
quiero decir,
el de mi frente en tu ternura.

en “Más cuestiones con la vida”, Humberto Constantini.

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CON VERSOS
______________DEL DIAGONAL


Mi casa y mis palabras

Me empecino en leer con ojos limpios
los frutos de otras vidas: sólo voces
sin ilación, sólo ajeno lenguaje.

Lo que otro amó, yo lo odié; lo que odiaron
fue para mí una devoción. Ninguno
de nosotros escribió el mismo verso.

Con tal pan de mendigo aún me alimento
y no hay tiempo peor que el que va en blanco.
Pasaron días huérfanos de sílabas.

Lectura, amor primero: todo amor
fue tan distinto después de esos libros
en que fundé mi casa y mis palabras...

guillermo pilía
PALITOS DE YERBA
Primavera del ochenta y nueve
sobre el hombro
de la noche

releía Cortázar
compartía
tu insomnio atiborrado
de luchas
intestinas
populares
y también de las otras,
las privadas

después
de los últimos mates
ahí donde los palitos flotaban a la deriva
(no se me ocurrió pensar entonces
que nosotros también
flotábamos
sobre las aguas de un tiempo único
inasible)
después
recién después
venían tus manos
sobre mi
sobre mis alas
sobre la humanidad toda
porque ahí mismo
en el centro de la noche
en plena primavera
se juntaban
en orgasmo
las banderas,
la relectura de cortázar, la letra de lacan
el sueño y freud,

Y la búsqueda
la búsqueda…
(si al final, ¿qué buscamos? “…y somos tan tontos
por eso…”)

Nos amábamos
en un tajo de la oscuridad
que nos dolía
de pura gratitud
de puro amor
un estallido
que nos dejaba exhaustos
y felices
y rendidos
sobre las sábanas
del amanecer

Sucedían así
las noches
plenas
acá en el sur
aunque el país dolía
aunque los trenes
dejaban de ser nuestros
y los sueños
estaban vapuleados

Cómo imaginar
que el amor es breve
que el tiempo es agua
que la vida es Nada
cuando ya pasó…

Este vacío
de hoy
tiene un sabor amargo
pero si recuerdo a la maga, o esas noches
en la vieja cocina
puedo verte
aplastas
alguna cucaracha
sin prisa pones la pava en el fuego
porque la noche empieza
recién empieza:
todavía leeremos
escucharemos bill evans,
o thelonious
o simplemente la radio
las noticias
aliverti
dolina

discutiremos,
te diré prefiero a jung,
es místico—
y sonreirás sin darme la razón
y luego me amarás y te amaré
porque estamos hechos el uno para el otro,
eso lo descubrimos
cuando dejamos de lado las verdades
que no tenemos
cuando lo que decimos para no entregarnos
deviene cuerpo
y naufragamos en la piel del otro
y encallamos por fin
en la mirada sin puerto
pero compuerta
otra vez


lástima que no sepamos
(todavía)
que la vida será breve
y no alcanzará
para vivir y buscar…

Pudimos haberlo dicho
de una vez:
“o vivimos y nos dejamos de joder
o buscamos y nos jodemos
por ser
con conejitos, (cortázar dixit),
qué va”

pero no supimos decir
ni ver

Yo sí que para verme
tenía que mirarte
pero comprender
lo que se dice comprender
tiene su precio:
la felicidad siempre está después,
como los palitos de yerba
que flotan
en el último mate.


Es
lo que estaba ahí
lo que pudo ser
eso
que se va llevando el agua
del Tiempo.

Luego
queda un sabor amargo
pero también
es dulce
como las lágrimas
la pucha
miro tus libros
me pregunto
cuándo fue
que no volvimos juntos
de qué insomnio
cuál de todos los que no pudiste nombrar
o los que no pude descifrar
fue
el que cerró la puerta

Digo
me digo
mientras recojo pedacitos
de esa vida entrevista
frases sueltas
esbozos
de ser con otro
con vos
palabras como exilio
café
poesía
amor
como decir -¿viste “Bolivia”?
bueno, eso-
cosas tan ciertas como viento
miseria
hijo
una mujer desnuda en una playa

Dicen
que la Verdad
remite siempre a lo que falta
y la verdad es que te extraño
pero sonrío
pongo la pava sobre el fuego
espero
que rompa el hervor
y se diluya
el agua
del Tiempo

aún sin saber
dónde dejar la muerte
puesta
como una tarde de sol
ahora
que ya no busco la verdad
porque aprendí
que se hace sola y de poquitos,
algo como miradas
o momentos
risas
muecas
restos
de palitos de yerba.

Sara Cuber, La Plata, 2006

___________________________Y MAS ALLA

Memoria

Sentada en la orilla de mi memoria
quiero ver mis huesos
bailar
Rengos/sordos/huesos huecos
no se queden en las tumbas
abran las puertas del olvido
y amanezcan
calaveras

Bailen en ronda
bailen/bailen
chocando las osamentas
que el reuma de mañana avanza
Bailen huesos/chuecas cuecas
y espanten los fantasmas

Del fémur al cráneo
de la memoria que dancen
todos los gusanos
¡Púdranse de vida!
ya vendrá el silencio
para descansar.
Valeria Assenza Parisi (*)
(*) en poetas del sur, Bernal y Quilmes.
(…)
Cuando ya no caben espinas en mis pies
me echo a andar
preguntándome por qué
es fenoménico el tango de vivir
y absurdo el afán de recorrer.
Victoria Belén Marazzi, (inédito, 2006).
(*) nacida en Lomas de Zamora en 1985, y habitante de Longchamps, provincia de Buenos Aires.
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VOILÀ, LA QUESTION
“Para mí, se trata de la gente. Se trata de algo humano, lo mejor que sale de nosotros, una conciencia, un sentimiento, un camino”
Wynton Marsalis (*) (sobre la música, sobre el jazz)

Dia/agonal con/verso es un revistual puente-piano-intento de convocar la nota interior y darle un lugar en la palabra, en medio de este mundo alienado y contradictorio. Palabra contención, reflexión, creación… Intentamos con/ notar, con/ versar entre nosotros,mantener la sed, y seguir tratando de renovar el encuentro, tender nombres y voces como diagonales que se cruzan y hacen el camino, con versos que se transforman y nos transforman. Bordear el silencio con la música de las palabras, flotar en el decir, recalar en lo humano.
(*)Nueva Orleáns, (1961-). Trompetista y compositor. Ganador varios años seguidos del premio Grammy en las categorías de jazz y música clásica.
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C´EST TOUT

Gracias a todos, como siempre. A Silvia Montenegro por su generosidad, a Gustavo Caso Rosendi, Rafael Oteriño, Guillermo Pilía, Luis Maggiori, entre tantos que acusan recibo con afecto o nos honran con su recepción, toda vez que reconocemos que nuestro objeto es modesto, pero profundo a la vez. A los que nos dieron la bienvenida y a los que nos animan a seguir, a los que esperan o piden el Diagonal, a los que lo reenvían construyendo otredad, a los que nos mandan poesías y direcciones para sumar, a los que se suman sin más…y a todos los seres que lo habitan, en las diagonales de la ciudad y en los de la escritura, en lo cotidiano y en lo que trasciende, desde el recuerdo o desde la vanguardia, en el anonimato o la firma consagrada. Gracias a todas partes, y sobre todo, a lo que está más allá y más acá de nosotros mismos.
Contactos a noralcasa@hotmail.com
Invitamos a leer EL ESPINIYO, revista de poesía de las cuatro estaciones, en kioscos y librerías, La Plata, City Bell, etc. Comunicarse a delatalitadorada@hotmail.com.

1 comentario:

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Un beso desde la distancia, y enhorabuena, acabo de decirte un montón de cosas, creo que es suficiente por hoy...podrías llegar a volverte vanidosa...azpeitia